Si el buen amor se encontrara
como la arena en el mar
te juro no existiría
la envidia con su puñal.
¡No mujer!, no me atormentes
con tu forma de pensar;
que la boca es pá, que hablen
y los ojos pá mirar;
los piropos son suspiros
de un corazón sin bozal;
que no eres flor de camino
a quien la puedan cortar.
Siempre voy a estar celoso
de los que se creen don juan
y se sientan en la esquina
con el pretexto de hablar,
pero se le ve en los ojos
la envidia mariposear
llevarte por mil senderos
donde no te pueda hallar.
Un buen amor no se halla
en un lance de suerte y azar;
es como el diamante rosa
muy difícil de encontrar;
o como la orquídea negra,
puro misterio y beldad;
y como tú mi bella dama
la flor de la sinceridad.
Si el buen amor fuera la brisa
que a diario sientes pasar
la envidia no tendría boca
ni ojos para mirar.
©fjmalpica, 2020